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Este capítulo está dedicado a todos los diseñadores gráficos que después de dos días sin dormir y a las cuatro de la mañana del día de la entrega, se dieron cuenta de que su trabajo y su profesión deberían costar ocho veces más.

También está dedicada a todos los clientes que después de contratar a un diseñador, de recibir un proyecto y de evaluar su inversión, se dieron cuenta de que deberían de haber pagado ocho veces más.


1. Dinero vs talento

El dinero hay que tenerlo siempre en el bolsillo y en el banco, pero no en la cabeza. No debe ser una preocupación, aunque tampoco puede olvidarse. Desgraciadamente vivimos un momento en el que todos los individuos piensar que al terminar una carrera de cuatro o cinco años van a empezar a ganar borbotones de dinero. Lo anterior no es sino la fantasía que la sociedad de consumo nos vende: que a los seis meses de egresado tendrás para comprar un auto, poner un despacho, etcétera.

Considero muy importante transmitir a los jóvenes que recuerden que una profesión se hace todos los días estableciendo un compromiso con el oficio antes que con el dinero. Esto ocurre en esa etapa heroica cuando los jóvenes empiezan reconocerse a sí mismos , cuando se plantean qué es lo que quieren darle a la vida y cómo desean ejercer su profesión.

En este tiempo donde se van incorporando todas las necesidades del ser humano, llegando inevitablemente a la parte económica. Tendrán que esmerarse para arribar a la misma con las mejores posibilidades. Es en el ejercicio de la profesión donde todos nos valoramos íntimamente y frente a los otros, entrando en un juego infinito hasta quedarnos solos. Entonces nos damos cuenta de que todo cuanto nos rodea nos enseña y que podremos tomarle el pelo a los demás pero nunca a nosotros mismos.

2. ¿ Por qué tiene un valor el Diseño Gráfico ?

Generalidades

Como cualquuier profesión, el Diseño Gráfico tiene un valor intrínseco, implica conocimientos, actualización constante, experiencia y significa inversión y trabajo. Desde el punto de vista del cliente, lo anterior se reflejará en un beneficio no fácilmente medible, pero siempre existente.

Generalmente no es fácil que la gente entienda que “ el timepo cuesta ” o que “ toda consulta causa honorarios ”, porque no son evidentes las implicaciones que ello conlleva. En nuestra profesión además, el servicio que brindamos –y por lo tanto sus beneficios- no son de primera necesidad. Esto es, un médico o un abogado resuelven un problema tangible y un problema que nos afecta directamente como personas.

3. ¿ Cómo cuantificar un proyecto de diseño ?

Para cantificar un proyecto de diseño de manera independiente al estudio de los componentes del costo, debemos tomar en cuenta los cuatro parámetros siguientes:

1. La complejidad del trabajo.
2 . El tiempo que asigne para su desarrollo
3 . El beneficio que el cliente obtiene por el proyecto en cuestión
4 . El volúmen de trabajo que el cliente ha asignado históricamente al diseñador.

4. Formas de presupuestar

Por hora

En nuestro país, es usual el cobro por hora en otras profesiones, como lo pueden ser el derecho, la ingeniería, la contabilidad, etc. En Estados Unidos, Canadá y muchos de los países europeos, se estila el cobro por hora en diseño gráfico. Idealmente deberíamos llegar a utilizarla, ya que es una excelente forma de tasar el precio de un servicio y refleja la compensación justa por un trabajo realizado.

En esta modalidad, el cliente sólo contará con un costo fijo por hora de trabajo, pero desconcertará el número de horas totales que pueden invertirse y el monto global de los gastos adicionales. El cliente conocerá el costo final del o de los proyectos una vez que se terminen y se haga el recuento de los mismos.

Por proyecto

La forma más usual de contratar en México a un diseñador es por proyecto. En este caso, la responsabilidad de ambas partes, termina al finalizarse el trabajo, excepto cuando existen cancelaciones o rechazos por parte del cliente o cuando el diseñador abandona el proyecto por algún motivo.

Para calcular el costo de un proyecto, deberemos conocer todas sus fases del desarrollo y el estimadodel tiempo que le invertiremos a cada una de ellas. Con ese dato y en base al costo por hora de trabajo por diseñador , podremos integrar el precio, una vez sumados los gasos que circundarán el proyecto.

Por iguala

Las partes integrantes de un presupuesto por iguala son básicamente las mismas que las de un presupuesto por hora, proyectadas a un cierto número de horas de un equipo de diseñadores durante un período de tiempo predeterminado. Sin embargo, en un presupuesto por iguala existen una serie de factores especialmente creados para cubrir las necesidades específicas de nuestro cliente.

En un presupuesto por iguala es difícil medir el alcance de las responsabilidades de ambas partes, ya que se trata de un acuerdo por tiempo indefinido, lo cual lo hace más complejo. Normalmente existe un período de tiempo para terminar este tipo de contratos, en el cual se sugiere que el diseñador no acepte nuevos proyectos para poderse dedicar a la terminación de los que están en proceso. Independientemente de lo anterior y del lado que venga la cancelación de los servicios, el cliente deberá cubrir los honorarios de dicho período.

Por uso o utilización (cesión de derechos de autor)

Esta forma de contatación es poco utilizada en nuestro medio y no consiste en vender un diseño, sino en vender los derechos de ese diseño para ciertos usos específicos.
Normalmente, en nuestro país no nos cuestionamos que tantas reimpresiones o redicciones se van a hacer con nuestro disenno o en cuáles y cuántas aplicaciones diferentes van a aparecer. En este caso, el precio base de venta del diseño se puede calcular en función del costo por hora op por proyecto, adaptándolo posteriormente a los diferentes usos que vamos a permitir en base a las restricciones que se negocien. Esto es totalmente subjetivo y complicado ya que contiene una infinidad de variantes.

Esta es la forma común de contratación de los bancos de renta de imágenes. El parámetro que determina el precio de venta es el “ desgaste ” visual de dicha imagen.

PRIMERAMENTE HAY QUE DEFINIR NUESTRA MANERA DE COBRAR. Aquí anexamos un archivo de Excel. Hay 2 tablas, en una de ellasse encuentran los gastos fijos de un despacho que consta de un diseñador y un mensajero (situación muy común cuando iniciamos nuestro propio negocio). El otro cuadro es un ejemplo real de cómo cobrar un proyecto; los datos son reales y ambos cuadros funcionan por si ustedes desean cambiar valores y colocar sus propios datos.

El dato de costo por hora es una información que emerge de un análisis real y personal de lo que estaríamos ganando en una empresa, agencia o despacho. Esa cifra la dividimos entre 20 (días laborables del mes) y después entre 8, (horas laborales al día). Así obtendremos nuestro precio por hora unitaria.

Ejemplo:

Un diseñador recien egresado, sin experiencia, de 23 años, normalmente podría estar ganando $ 6,000.00 en un despacho de diseño. De modo que para obtener el precio de su hora de trabajo hacemos lo siguiente:

6,000/20= 300/8= 37.50 costo hora de este diseñador



cuadro.xls (22 Kb)



5. GENERALIDADES

El diseño gráfico es una actividad profesional la cual transferimos propiedad intelectual, ideas, estrategias, soluciones gráficas, etc., mismo que normalmente sometemos a nuestros clientes vía dummy, impresión láser o impresión en alta resolución.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los clientes le dan más valor a la forma de presentación que al mensaje que contiene y son pocos los que se preocupan por lo que verdaderamente se pretende comunicar y lograr, y menos aún los que le tienen confianza absoluta al profesionalismo del diseñador. Esto ocurre por lo general la primera vez que trabajamos para un cliente.

En cambio, esto no sucede en otras profesiones liberales como el derecho o la medicina. Ello radica en que la mayoría de nuestros clientes se sienten un poco (o un mucho) diseñadores y no se sienten (ni un poco) médicos o abogados, lo que nos regresa nuevamente a la hipótesis de que nuestra profesión está considerada (por desconocimiento) como una prefesión menor y sin ningún o poco valor.

No debemos perder de vista que el control de los proyectos debe ser nuestro, al igual que un médico deberá tener control absoluto de su paciente. No olvidemos que en cualquier proyecto profesional deberemos trabajar de la mano con el cliente, aunque nosotros habremos de imponer los lineamientos a seguir, porque somos los profesionales.

6. CANCELACIONES Y RECHAZOS

Cancelaciones

El desarrollo de cualquier proyecto de diseño implica esfuerzos personales y gastos específicos que los clientes olvidan con frecuencia al evaluar la actividad. En ciertas ocasiones el diseñador presupuesta un proyecto, firma el contrato, recibe y deposita el anticipo, inicia el trabajo y el cliente cancela el proyecto.

Esto puede suceder por muchas razones: cambio de personal o de directivos, cambio de estrategia, reacción frente a la competencia o ajuste de presupuestos internos. En estos casos el diseñador quedará atrapado entre la espada y la pared, no sólo por la pérdida que implica ese proyecto, sino por las alteraciones que se suscitarán en su ritmo de trabajo.

Para cualquier diseñador es frustrante dejar un trabajo sin publicar, sin producir o sin difundir. Sin embargo, como se trata de un negocio (lo cual aparta los sentimentalismos), tendremos que encontrar la mejor solución para ambas partes. Lo común es que el cliente cubra el importe de la labor desarrollada hasta el momento de la cancelación y una penalización correspondiente a un porcentaje del trabajo no realizado.

Además, el proyecto quedaría en poder del diseñador. Este punto es muy importante y deberá quedar perfectamente estipulado en el presupeusto, así como las condiciones de cancelación y el porcentaje correspondiente a la penalización (que se sugiere no sea inferior al 20%).

Rechazos

A diferencia de las cancelaciones, los rechazos son normalmente de carácter subjetivo. Por ello será mucho más difícil para el diseñador entenderlos, manejarlos y defenderlos, y necesitará conocimiento y mucha experiencia para poder resolverlos. Existen dos tipos de rechazos: los imputables al diseñador y los imputables al cliente.

En el primer caso, debemos partir de la base de que el diseño que presentemos no tiene que gustarle al cliente, sino estar basado en la estrategia definida y gustarle al público objetivo. Por otro lado trabajar ordenadamente y por fases (con sus respectivas presentaciones y autorizacioens) nos permitirá ir llevando el proyecto acorde con los lineamientos estipulados desde un principio y no trabajar a ciegas, esperando atinarle a las necesidades y los gustos del cliente.

Es muy importante la comunicación con nuestos clientes, tanto en lo que respecta al objetivo y la estrategia a seguir como a nuestros avances. Es importante desarrollar un buen brief conjuntamente con el cliente, analizarlo a fondo, establecer un plan d acción, hacérselo saber y reportarle los progresos de nuestro trabajo.

En principio, si hacemos bien las cosas no habrá rechazos o al menos no serán imputables a nosotros. De todas maneras, si ese fuera el caso y aún así se rechazaran nuestras propuestas, podremos retomar el brief del proyecto para analizar fase por fase cuáles son los puntos de discrepancia y por qué se suscitaron. Con ello seremos capaces de determinar fácilmente la validez o no del rechazo y su aceptación.

En el supuesto de que el rechazo fuera imputable al cliente, deberemos proceder igual que en el caso de una cancelación. Habremos de solicitar el pago del trabajo desarrollado y una penalización por el trabajo no realizado. En este caso también, los derechos de diseño serán propiedad del diseñador. Es necesario plasmar todo lo anterior en el presupuesto.

¿Por qué el cliente no adquiere los derechos de diseño en caso de cancelación o de rechazo?

El diseño es un bien intangible que implica conocimientos, prefesionalismo, imaginación y ciertas dotes de chef para poder combinar de manera efectiva estos elementos. Lo que vendemos en diseño es un producto final, un resultado y no los conocimientos mismos. Cuando cancelamos un plato que ya está preparado en un restaurante, se nos cobrará íntegramente.

Si lo cancelamos a la mitad de su preparación, no se nos entregará el aderezo, la receta que lo hizo posible o los trucos que aprendió el chef de su abuela. En todo caso, se terminará la preparación, se empacará para llevar, se cobrará, se entregará se le sugerirá al comensal que la siguiente vez piense un poco mejor las cosas. En diseño pasa un poco lo mismo, vendemos ese producto final.